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Salvador Sáez Cárdena es profesor de la Universidad de Lérida, coordinador del Master en Educación para la Salud y de Aula Salud.
Repetidamente se pone énfasis en la importancia de la promoción de la salud y desde distintos ámbitos hemos defendido que las actuaciones que impulsan conductas saludables, mejoran los hábitos de alimentación, que promuevan la práctica del ejercicio físico de forma habitual o configuren un espacio físico saludable, eran esenciales para prolongar la vida con un nivel aceptable de calidad.
El enfoque de la salud pública centrado en la prevención está dando un giro. La tendencia tradicional del siglo XX que, sustentándose en la protección y la prevención, pone el énfasis en la reducción de los factores de riesgo y pretende poner barreras para detener o atenuar sus consecuencias de la enfermedad, está dando poco a poco pasos hacia el enfoque de la salud pública positiva.
La teoría del sentido de la coherencia de Antonovsky y la Carta de Ottawa tienen numerosas similitudes y sus conceptos clave presentan destacables paralelismos. Por este motivo, según el autor del texto, es sorprendente que nadie pensase en salutogénesis cuando la Carta de Ottawa fue escrita.
Si en otras épocas una de nuestras estrategias fundamentales para promocionar la salud era garantizar información sobre salud que cumpliera los parámetros“apropiada”, “relevante” y de “calidad” y facilitar el proceso de educación para la salud individual y colectiva, no porque estemos inmersos en la Sociedad de la Información donde una ingente cantidad de información está disponible, esa estrategia ha dejado de ser importante.
En plena época de cambios la palabra “crisis” ha pasado a formar parte del vocabulario cuotidiano. La crisis es una coyuntura de cambio de la realidad, un cambio que conlleva una evolución. Las características ambientales y humanas de la vida cuotidiana de las personas, y las relaciones entre ellas, tienen una relación directa con la definición de la salud. En un contexto de cambio, la salud se transforma, juntamente con las transformaciones de las actividades humanas, de su economía y su medio ambiente. Así pues la salud de las personas vive un proceso de cambio: evoluciona, se transforma y plantea nuevas necesidades. Estos cambios se están objetivando en las medidas de percepción de la salud, en las demandas al sistema sanitario en el ámbito de la salud mental y en las decisiones que se toman para mantener la salud derivadas de los cambios en la economía familiar y de la angustia que genera la gestión de los riesgos respecto los posibles cambios.
COVID-19: a guide to good practice on keeping people well informed
G. del Pozo, J. ¿Cómo sería una respuesta comunitaria al coronavirus?
How the COVID-19 Lockdown Affected Gender Inequality in Paid and Unpaid Work in Spain
Padilla J. ¿A quién vamos a dejar morir? Madrid: Capitán Swing; 2019. 176 p.
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Organización Mundial de la Salud: brote de enfermedad por coronavirus
IUPHE. COVID-19. Where to find quality information
Webinar: Transformaciones post confinamiento. ¿Y ahora qué (español)
Webinar: La Salut i el treball en el marc de la COVID-19 (VÍDEO)
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A finales de 2019, cuando el comité editorial de este boletín se reunió para decidir las temáticas que se tratarían en los números que se publicarían en el 2020, nadie imaginaba que un tsunami llamado COVID-19 provocaría un cambio de enfoque y temática en todas las publicaciones.
Os recomencamos el vídeo del Webinar "Transformaciones postconfinamiento. ¿Y ahora qué?"
La pandemia y el confinamiento ha supuesto que ha parado el mundo productivo y que el protagonista principal ha sido el mundo reproductivo, es decir, el mundo de los cuidados.
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La crisis originada por la pandemia del COVID19 tendrá importantes repercusiones sobre las desigualdades económicas y sociales. A diferencia de las recesiones anteriores, esta crisis de origen sanitario, ha sido especialmente severa con las oportunidades laborales de las mujeres.
La sociedad se adapta a los cambios. La pandemia mundial que nos ha arrebatado vidas humanas, alterado previsiones económicas e incluso un decaimiento general como sociedad, también nos ha abierto los ojos a acelerar unos cambios en la forma de organizar el trabajo y mejorar la gestión de nuestros tiempos. La aceleración de un cambio cultural que proviene de unas jornadas presenciales interminables y horarios muy rígidos y que transita hacia una nueva cultura basada más en la flexibilidad, la confianza, la digitalización y la mejor conciliación en relación a los diferentes usos del tiempo.
La pandemia de COVID-19 ha pasado por nuestros sistemas sanitarios arrasando la confianza que teníamos en los sistemas de información, en los mecanismos de vigilancia epidemiológica y en la capacidad de la sanidad para absorber un fuerte incremento de la demanda en un corto periodo de tiempo.