RESUM:
"La noche del 9 de noviembre de 1989, el Muro de la Vergüenza, que durante
28 años había estado dividiendo Berlín física y psicológicamente, cayó rodeado
de una gran parafernalia mediática. Dos años después el Bundestag decidió
trasladar la capital de la Alemania reunificada. Comenzaba así la extraordinaria
aventura berlinesa del pasado fin de milenio.
La ciudad se vio abocada entonces a afrontar una tesitura ciertamente extraña
a esas alturas: elegir una memoria. No es que la llamada de la identidad no
hubiera golpeado su puerta anteriormente. De hecho, durante todo el siglo XX
Berlín no paró de buscar referencias que le sirvieran para construirla, pero la
traumàtica discontinuidad de su devenir histórico desactivó cualquier
posibilidad de consenso social"